Solo una ligera acotación antes de tomar el tren:

Lo importante es la Sangre.

La sangre se vierte en toda obra humana, en todas las formas distintas.

La sangre se imprime, se suda, se tiñe de tinta, de música, de poética toda que se diluye en la respiración del alma, esa que puede o no puede tener alcohol, pero esto ultimo no es mas necesario que un montón de lágrimas, de gritos o de insomnio... Así se da a luz la sangre, la sangre que acaba dándole vida a esos pequeños trozos de aquello que cuando es real nos trasciende como individuos, como época, golpea en algo mas allá, donde al final nos damos cuenta que en realidad resultamos ser un medio, un canal.

Por eso me parece decadente eso de exaltar lo superfluo y hacerlo la temática profunda... El drogarse no es lo importante, es la esencia del asunto, y eso no tiene que ver con drogarse, exaltar la decadencia en su forma es un acto de superficialidad tan inmaduro que da pena.

Lo mismo acerca del Alcohol, el sexo, la auto destrucción: No son temas, el tema es lo otro que va detrás del mareo... ese río de sentimientos profundos y desinhibidos de las convenciones sociales, mas allá de la rebeldía de púber que se siente artista simplemente porque provoca a un viejo limitado.

Va mucho mas allá, mucho mas arriba, mucho mas cerca de golpear por fin la bóveda celeste con un martillo destemplado para tratar de quebrarla, mucho mas cerca de la verdadera rebelión, de la justa causa, de la rebelión contra todo lo que si es, contra todo lo que ose constituirse en dogma.

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