Si estoy en un error ahí lo corrigen, pero creo que fue Paul Eluard quien dijo que “Le monde est blue commme une orange”, que mi francés de sans papier traduce como “el mundo es azul como una naranja”.
He visto también algunas de esas fotos que del mundo se toman desde el espacio. La tierra se mira, en efecto, azul y sí, bien podría ser una naranja.
A veces, en las madrugadas que me encuentran deambulando sin reposo posible, alcanzo a treparme en una voluta de humo y, desde muy arriba, nos miro.
Créanme que lo que se alcanza ver es tan hermoso, que duele mirarlo.
No digo que sea perfecto, ni acabado, ni que carezca de huecos, irregularidades, heridas por cerrar, injusticias por remediar, espacios por liberar.
Pero sin embargo se mueve.
Como si todo lo malo que somos y cargamos, se mezclara con lo bueno que podemos ser y el mundo entero redibujara su geografía y su tiempo se rehiciera con otro calendario.
Vaya, como si otro mundo fuera posible.
Vengo después acá y escucho entonces que alguien dice que nuestros pueblos son ignorantes.
Yo relleno de tabaco la pipa, la enciendo y entonces digo:
¡Carajo! ¡Qué honor el poder ser alumno de tanta y tan rica ignorancia!
Gracias de nuez.
Subcomandante Insurgente Marcos.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.
Diciembre del 2007.
NOTICIERO DE JAZZ: OCTUBRE 2023 (I)
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